Estrés emocional

Estrés emocional

Estrés emocional

Julieta Domenicone, psicóloga en Granada, especialista en ansiedad y Psicóloga Online.


Julieta Domenicone-Psicologa_Granada

Psicóloga Granada


Se acaba de cumplir un año desde el primer confinamiento domiciliario debido a la pandemia por COVID-19. En este periodo, una serie de términos se han instaurado en nuestro vocabulario, palabras o expresiones con las que intentamos explicar sensaciones, vivencias o acontecimientos inéditos hasta ahora.

Uno de estos conceptos es la ‘fatiga pandémica’, una expresión que copa titulares de periódicos y con la que se pretende definir un conjunto de síntomas que está experimentado gran parte de la sociedad como consecuencia de la pandemia: agotamiento mental, falta de concentración, ansiedad, depresión, estrés…

Esta fatiga pandémica tan de moda en estos días, es lo que siempre se le ha denominado en Psicología estrés emocional y que ahora se está viendo generalizada por los cambios de hábitos de vida, las restricciones continuas, las interminables horas de teletrabajo, la falta de estímulos u oportunidades para desconectar, o la constante incertidumbre ante el futuro a corto plazo.

En este post vamos a conocer un poco más qué es eso de la fatiga emocional, y cómo podemos gestionarla para que nos afecta lo menos posible.

¿Qué es el estrés emocional?

Se trata de un cansancio o agotamiento emocional que puede venir asociado a sentimientos de angustia, estrés, depresión o ansiedad. Puede generar falta de atención y concentración, y disminuye la agilidad mental considerablemente.

Un pensamiento recurrente en una persona con fatiga emocional podría ser: “Pienso en todo lo que tengo que hacer hoy y no puedo ni levantarme de la cama”.

Aunque se trata de un agotamiento mental, suele venir acompañado de cansancio físico y pérdida de energía, lo que dificulta el desarrollo de las actividades cotidianas.

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Ansiedad
Julieta Domenicone

¿Qué lo causa?

El estrés emocional puede venir causada por un desequilibrio entre lo que damos y lo que recibimos, entre otros motivos. Por ejemplo, en el contexto actual, estamos renunciando a muchas cosas de nuestra vida –incluso a ver a nuestros seres queridos- pero la falta de resultados contundentes –por ejemplo, en la reducción del número de contagios-  y la continuidad de las restricciones nos lleva a un agotamiento emocional.

Las principales causas que nos pueden llevar

  • Desequilibrio entre lo que se da y lo que se recibe.
  • Entorno muy exigente, con importantes sacrificios.
  • Incertidumbre constante o situaciones de estrés prolongado.
  • Situaciones de sobrecarga de actividades. “Todo lo que tengo que hacer”.
  • Saturación de emocionales, que nos pueden llevar a bloquearnos.
  • Emociones contenidas, como la frustración no gestionada.
  • Sentimientos de incomprensión.
  • Poco o nulo tiempo para satisfacer nuestras propias necesidades o deseos.
  • Un cambio importante en nuestra vida: en el trabajo, mudanza, ruptura de pareja, nacimiento de hijos…
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¿Cuáles son los síntomas del estrés emocional?

Es importante tener en cuenta que el estrés emocional no afecta a todo el mundo de igual manera, ni se desencadena al mismo nivel en todas las personas ante las mismas situaciones. Depende mucho de la persona, de su gestión emocional y recursos. Sin embargo, existen una serie de síntomas que nos pueden ayudar a reconocer la fatiga emocional:

  • Cansancio físico. Se siente agotamiento y falta de energía desde que se despierta.
  • Palpitaciones y respiración acelerada.
  • Estado nervioso.
  • Bruxismo (apretar dientes y mandíbulas).
  • Insomnio o dificultades para dormir.
  • Existe una falta de autocontrol, lo que deriva en un bajo estado de ánimo y mal humor.
  • Falta de motivación y entusiasmo.
  • Sensación de falta de autocontrol.
  • Dificultades para prestar atención y concentrarse, con olvidos y despistes frecuentes.
  • Distanciamiento afectivo.

Cuando aparece el estrés emocional, tendemos a la estrategia de evitación, volviéndonos autómatas que evitan nuevas situaciones de estrés, pero también actividades agradables o placenteras. Esto puede desembocar en un círculo o bucle negativo que puede arrastrarnos a un estado depresivo.

¿Cómo gestionar el estrés emocional?

A continuación, os dejo algunas recomendaciones que nos pueden ayudar a identificar la fatiga emocional y frenar el posible bucle negativo en el que puede desembocar si no actuamos a tiempo.

  • Identificar la fatiga emocional. El primer paso es aprender a identificar la fatiga emocional, a raíz de los síntomas expuestos anteriormente.
  • Explorar las causas, saber cuáles son las principales fuentes de estrés que me están generando fatiga emocional.
  • Práctica de ejercicio físico, para ayudar a nuestro cuerpo a liberar la tensión acumulada.
  • Favorecer el descanso, con práctica de higiene del sueño como zona sin ruido y sin luz, regular horas de sueño, etc.
  • Poner límites, a nosotros mismos y a los demás. Aprender a decir NO a los demás.
  • Atender nuestras necesidades y deseos, reservándome algo de tiempo para disfrutar de alguna actividad que me resulte placentera.
  • Desconectar mentalmente.
  • Buscar y compartir la alegría.