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estrés laboral

ESTRÉS LABORAL

Esta semana hablamos de estrés laboral, síndrome de Burnout y sus posibles consecuencias en nuestro estado emocional y salud mental.

Casi todos hemos sentido estrés laboral en algún momento debido a fechas de entrega, horarios, relación con el jefe o los compañeros, dificultades para la conciliación con la vida familiar, etc.

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PERFECCIONISMO

Auto-exigencia excesiva y sus consecuencias

“El perfeccionismo no es una búsqueda de lo mejor. Es perseguir lo peor de nosotros, la parte que nos dice que nada de lo que hagamos será nunca lo bastante bueno.” Julia Cameron.

¿Sueles ponerte metas inalcanzables? ¿Pretendes llegar a todo, y hacerlo a la perfección? ¿Te cuesta estar satisfecho/a con el resultado final? ¿Te sientes a menudo culpable por no haber hecho lo que deberías? Es posible que te estés imponiendo una autoexigencia excesiva que, lejos de ayudarte a llegar más lejos, se puede convertir en un obstáculo para avanzar o incluso afectar a tu bienestar y estado de ánimo.

¿Cuándo hablamos de personas autoexigentes en exceso o perfeccionismo?

La autoexigencia puede ser un aspecto constructivo de nuestra personalidad, que nos ayude a alcanzar nuestros objetivos en el ámbito laboral, familiar o social. Ser autoexigentes nos ayuda a crecer como personas, a mejorar y superarnos, a evolucionar… No obstante, esta autoexigencia llevada al extremo se puede volver en nuestra contra. Estaríamos hablando, por tanto, de una autoexigencia destructiva.

Pero, ¿cuándo hablamos de una autoexigencia excesiva? Los principales rasgos de una persona autoexigente o perfeccionista son:

  • Ponerse metas inalcanzables y estándares de calidad desmedidos.
  • Hacer depender tu valor personal única y exclusivamente de tu habilidad para conseguir esas metas y estándares.
  • Muy baja tolerancia a los errores y la frustración.
  • Un lenguaje interior déspota y autoritario.
  • Menospreciar los logros.
  • Tendencia a enfocar en lo
  • Autoestima
  • Baja capacidad de adaptación o improvisación.
  • Alta necesidad de control.
  • Comparación constante con los demás.
  • Insatisfacción, nunca es suficiente.
  • Las metas inalcanzables pueden desembocar en ansiedad.

perfeccionismo y ansiedad

Consecuencias de una autoexigencia excesiva o perfeccionismo disfuncional.

La autoexigencia excesiva o perfeccionamiento disfuncional puede tener importantes consecuencias en nuestra bienestar y estado de ánimo, también puede generar estrés negativo y perjudicial, además de interferir en la consecución de proyectos vitales.

Veamos las principales:

  • A nivel social puede generar pérdida de amigos o aislamiento debido a su necesidad de ser el mejor en todo.
  • Desde lo emocional puede generar tristeza, ansiedad, estrés e incluso derivar en una depresión.
  • En lo que se refiere a aspectos físicos, nos puede ocasionar agotamiento físico, tensión muscular o problemas digestivos, entre otros.
  • A nivel cognitivo, pensamientos rumiantes, bloqueo o baja capacidad de concentración.

Consejos para lograr una autoexigencia constructiva

Para aquellas personas que se hayan sentido identificadas con alguno de los aspectos descritos anteriormente y que crea que puede estar sufriendo las consecuencias de una autoexigencia excesiva, os dejo algunos consejos que pueden poner en práctica.

  • Trabaja una buena comunicación interior, háblate desde el respeto y el cariño. Olvida los “deberías” y cámbialos por “preferiría, querría”.
  • Evita los términos dicotómicos, como todo o nada, bueno o malo.
  • Planifica bien tus objetivos y busca expectativas realistas.
  • Valora de forma objetiva lo que haces y evita centrarte sólo en lo negativo.
  • Aléjate de la presión y busca más la automotivación.
  • Analiza los errores para aprender y no para flagelarte.
  • Valora también el proceso y no sólo los resultados.
  • Inspírate en los demás.

En la consulta te podemos ayudar a poner en práctica estas recomendaciones y transformar tu autoexigencia destructiva en un aspecto constructivo de tu personalidad.

En los casos más extremos, el perfeccionismo puede enmascarar un T.O.C. Trastorno Obsesivo Compulsivo

Estrés emocional

Estrés emocional

Estrés emocional

Julieta Domenicone, psicóloga en Granada, especialista en ansiedad y Psicóloga Online.


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Psicóloga Granada


Se acaba de cumplir un año desde el primer confinamiento domiciliario debido a la pandemia por COVID-19. En este periodo, una serie de términos se han instaurado en nuestro vocabulario, palabras o expresiones con las que intentamos explicar sensaciones, vivencias o acontecimientos inéditos hasta ahora.

Uno de estos conceptos es la ‘fatiga pandémica’, una expresión que copa titulares de periódicos y con la que se pretende definir un conjunto de síntomas que está experimentado gran parte de la sociedad como consecuencia de la pandemia: agotamiento mental, falta de concentración, ansiedad, depresión, estrés…

Esta fatiga pandémica tan de moda en estos días, es lo que siempre se le ha denominado en Psicología estrés emocional y que ahora se está viendo generalizada por los cambios de hábitos de vida, las restricciones continuas, las interminables horas de teletrabajo, la falta de estímulos u oportunidades para desconectar, o la constante incertidumbre ante el futuro a corto plazo.

En este post vamos a conocer un poco más qué es eso de la fatiga emocional, y cómo podemos gestionarla para que nos afecta lo menos posible.

¿Qué es el estrés emocional?

Se trata de un cansancio o agotamiento emocional que puede venir asociado a sentimientos de angustia, estrés, depresión o ansiedad. Puede generar falta de atención y concentración, y disminuye la agilidad mental considerablemente.

Un pensamiento recurrente en una persona con fatiga emocional podría ser: “Pienso en todo lo que tengo que hacer hoy y no puedo ni levantarme de la cama”.

Aunque se trata de un agotamiento mental, suele venir acompañado de cansancio físico y pérdida de energía, lo que dificulta el desarrollo de las actividades cotidianas.

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Julieta Domenicone

¿Qué lo causa?

El estrés emocional puede venir causada por un desequilibrio entre lo que damos y lo que recibimos, entre otros motivos. Por ejemplo, en el contexto actual, estamos renunciando a muchas cosas de nuestra vida –incluso a ver a nuestros seres queridos- pero la falta de resultados contundentes –por ejemplo, en la reducción del número de contagios-  y la continuidad de las restricciones nos lleva a un agotamiento emocional.

Las principales causas que nos pueden llevar

  • Desequilibrio entre lo que se da y lo que se recibe.
  • Entorno muy exigente, con importantes sacrificios.
  • Incertidumbre constante o situaciones de estrés prolongado.
  • Situaciones de sobrecarga de actividades. “Todo lo que tengo que hacer”.
  • Saturación de emocionales, que nos pueden llevar a bloquearnos.
  • Emociones contenidas, como la frustración no gestionada.
  • Sentimientos de incomprensión.
  • Poco o nulo tiempo para satisfacer nuestras propias necesidades o deseos.
  • Un cambio importante en nuestra vida: en el trabajo, mudanza, ruptura de pareja, nacimiento de hijos…
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¿Cuáles son los síntomas del estrés emocional?

Es importante tener en cuenta que el estrés emocional no afecta a todo el mundo de igual manera, ni se desencadena al mismo nivel en todas las personas ante las mismas situaciones. Depende mucho de la persona, de su gestión emocional y recursos. Sin embargo, existen una serie de síntomas que nos pueden ayudar a reconocer la fatiga emocional:

  • Cansancio físico. Se siente agotamiento y falta de energía desde que se despierta.
  • Palpitaciones y respiración acelerada.
  • Estado nervioso.
  • Bruxismo (apretar dientes y mandíbulas).
  • Insomnio o dificultades para dormir.
  • Existe una falta de autocontrol, lo que deriva en un bajo estado de ánimo y mal humor.
  • Falta de motivación y entusiasmo.
  • Sensación de falta de autocontrol.
  • Dificultades para prestar atención y concentrarse, con olvidos y despistes frecuentes.
  • Distanciamiento afectivo.

Cuando aparece el estrés emocional, tendemos a la estrategia de evitación, volviéndonos autómatas que evitan nuevas situaciones de estrés, pero también actividades agradables o placenteras. Esto puede desembocar en un círculo o bucle negativo que puede arrastrarnos a un estado depresivo.

¿Cómo gestionar el estrés emocional?

A continuación, os dejo algunas recomendaciones que nos pueden ayudar a identificar la fatiga emocional y frenar el posible bucle negativo en el que puede desembocar si no actuamos a tiempo.

  • Identificar la fatiga emocional. El primer paso es aprender a identificar la fatiga emocional, a raíz de los síntomas expuestos anteriormente.
  • Explorar las causas, saber cuáles son las principales fuentes de estrés que me están generando fatiga emocional.
  • Práctica de ejercicio físico, para ayudar a nuestro cuerpo a liberar la tensión acumulada.
  • Favorecer el descanso, con práctica de higiene del sueño como zona sin ruido y sin luz, regular horas de sueño, etc.
  • Poner límites, a nosotros mismos y a los demás. Aprender a decir NO a los demás.
  • Atender nuestras necesidades y deseos, reservándome algo de tiempo para disfrutar de alguna actividad que me resulte placentera.
  • Desconectar mentalmente.
  • Buscar y compartir la alegría. 

 

soledad

Soledad

Julieta Domenicone

Psicóloga en Granada y Psicóloga Online


“Haber transitado la soledad es el único dato que nos permite saber que nunca estableceremos relaciones de dependencia”

Julieta Domenicone

La Soledad

Estar solo y sentirse solo son dos cosas muy diferentes. Una persona puede estar sola, vivir sola y pasar la mayor parte del tiempo sola y, sin embargo, no sentirse sola. Por el contrario, una persona puede vivir en pareja, con su familia, estar rodeada de otra gente la mayor parte del tiempo e incluso tener muchos planes, y sentirse tremendamente sola.

La soledad es por tanto un sentimiento que podemos experimentar independientemente de la compañía que tengamos, en diferentes momentos de nuestra vida y de diversas formas.

En la actualidad, muchas personas se sienten solas, a pesar de ser una sociedad “hipercontectada” a través de las redes sociales.

Además, existen circunstancias en la vida que favorecen este sentimiento como la pérdida de una persona, una ruptura de pareja o un cambio importante en la vida como mudarnos a otra ciudad, cambiar de trabajo o la situación actual que estamos viviendo a nivel mundial por la pandemia.

¿Qué tipos existen?

Podemos hablar de cinco tipos principales de soledad que responden a diferentes causas o circunstancias: soledad positiva, soledad impuesta, soledad emocional, soledad social y soledad existencial. Conocerlas nos puede ayudar a identificarlas y aprender a gestionarlas.

  • Positiva o elegida: Es aquella soledad que buscamos para reencontrarnos con nosotros mismos, en la que nos sentimos bien, cómodos y seguros. Suele ser elegida y puede aportar importantes beneficios para nuestro bienestar: autonocimiento, equilibrio emocional, independencia, refuerzo de la autoestima, etc.
  • Impuesta es aquella que nos viene dada desde fuera, debido a las circunstancias de nuestro entorno. Suele ser la soledad que sufren las personas mayores que viven solas en contra de su voluntad.
  • Emocional es aquella que sentimos en relación a otros con los que mantenemos apegos o hemos volcado expectativas y esperanzas que no se cumplen. Este tipo de soledad suele ir acompañada de una baja autoestima y sentimiento de inseguridad, incomprensión y tristeza, y podemos experimentarla aun estando físicamente acompañados.
  • Social es la experiencia de sentirnos aislados o excluidos de un grupo. Este tipo de soledad está estrechamente vinculada a nuestra necesidad de pertenencia como seres sociales, que necesitan contacto con otras personas con las que comparten intereses y afinidades.
  • Existencial va más allá de la red de contactos que pueda tener, es un sentimiento mas trascendental que está relacionado con el “sentido” que le damos a nuestra vida. Puede generar un sentimiento de desconexión de todos y todo lo que nos rodea.

¿Qué te puede causar soledad? ¿Cuánto dura el sentimiento de soledad?

Como hemos podido ver con los tipos de soledad, existen diferentes circunstancias o motivos que nos pueden generar este sentimiento: cambios trascendentales en la vida como la pérdida de un trabajo, una ruptura de pareja, cambiar de residencia, etc. Aunque también existen motivos más intrínsecos como el no encontrar un sentido a la vida, un sentimiento propio de la soledad existencial.

Estos sentimientos pueden ser a su vez transitorios o crónicos. Hablamos de soledad transitoria cuando se presenta de manera puntual. Suele ser causada por un acontecimiento puntual en nuestras vidas, como una ruptura de pareja o la pérdida de un ser querido, un cambio de trabajo, el traslado a otra ciudad, etc. Este sentimiento de soledad puede perdurar durante el periodo de adaptación, pero suele desparecer con el tiempo.

Por otro lado, se habla de soledad crónica cuando este sentimiento perdura en el tiempo y encontramos el origen dentro de nosotros mismos, en nuestras actitudes o miedos.Es crónica cuando la persona se siente incomprendida, desconectada del resto del mundo, lo que le hace aislarse ante el sentimiento de “no aceptación del otro”. Este tipo de soledad suele ir acompañado de importantes desequilibrios emocionales como la falta de autoestima, inseguridad, miedo, ansiedad, etc.

¿Cómo influye en las personas?

El ser humano es social por naturaleza, lo que se traduce en que las relaciones interpersonales son necesarias para asegurar nuestra salud y calidad de vida. No obstante, en nuestra sociedad hay muchas personas que experimentan alguno de los tipos de soledad que hemos visto anteriormente, más aún en los últimos meses, debido a las medidas para frenar la pandemia por COVID-19.

La soledad puede afectar, por tanto, no sólo al bienestar emocional, sino también a la salud física. Existen algunas claves para aprender a gestionarla e intentar que nos afecte lo menos posible.

¿Cómo se puede aprender a estar solo? 

Aunque existen circunstancias vinculadas al sentimiento de soledad que escapan a nuestro control, podemos poner en práctica algunas recomendaciones para que la soledad afecte lo menos posible a nuestro bienestar emocional y, por tanto, a nuestra salud física.

  1. Escúchate y permítete sentir tus emociones. Déjalas que fluyan, no las reprimas.
  2. Identifica el tipo de soledad: A veces nos sentimos solos y no sabemos muy bien por qué. Intenta identificar las causas y el tipo de soledad que sientes en este momento. Esto te puede ayudar a aceptar y asumir la realidad.
  3. No te dejes llevar por pensamiento autodestructivos como “nadie me quiere”, “estoy solo”. Piensa que no estamos solos en esto de sentirnos solos, hay muchas personas que se encuentran en nuestra misma situación.
  4. Aprende a estar solo. La soledad también puede ser una fuente de inspiración y de conexión con nosotros mismos – es la soledad positiva o elegida-. Se puede aprender a estar solo y aprovechar esos momentos para reencontrarnos con nuestra esencia, con nuestro ser.
  5. Conéctate con los demás, con tu entorno. Una vez que nos hemos reconectado con nosotros mismos, podremos relacionarnos de una forma más libre con los demás.
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Estas claves pueden ayudarnos a gestionar el sentimiento de soledad en general. No obstante, si existe este sentimiento es crónico y perdura mucho en el tiempo, lo mejor es ponerte en manos de un profesional.

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Julieta Domenicone.

Mi Nombre es Julieta Domenicone, soy especialista en tratamiento de ansiedad en Granada,  psicóloga Online en Granada y ofrezco, también, tratamiento psicológico en Granada de manera presencial.

Si necesitas mas información acerca de como buscar un psicólogo en granada pincha en este enlace y ante cualquier duda, te puedes poner en contacto conmigo e intentaré resolverla.

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¿QUÉ HACER EN UN ATAQUE DE ANSIEDAD?

¿Qué hacer en un ataque de ansiedad en 8 pasos?

  1.  Respirar y relajar el cuerpo.
  2.  Entender qué es la ansiedad.
  3.  Serenarse y bajar el nivel de energía.
  4. Pensar y examinar la naturaleza de mis pensamientos.
  5. Identificar los pensamientos catastróficos o dañinos.
  6. Reestructurar (Reestructuración cognitiva).
  7. Asimilar la situación. Aceptación.
  8. Reintentar/Retomar la actividad que estaba haciendo.

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