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Sincericidio: palabras como armas

La sinceridad es una virtud, sí, pero también un acto de responsabilidad e inteligencia.

¿Qúe significa el sincericidio?

Usar la verdad como arma legítima, amparándonos en su valor y sin realizar un análisis del motivo que nos lleva a ello, o del impacto que puede tener. Es una verdad hiriente.

Decir “toda la verdad y nada más que la verdad…” sin tener en cuenta lo que siente el otro, o el daño que puedes hacer, responde en muchas ocasiones a una necesidad propia de desahogarse o incluso de castigar, que puede tener importantes consecuencias.

Otras veces, lo que para nosotros es la “verdad absoluta” para el otro puede ser una opinión o una perspectiva…” ¡Cuidado!

Comunicar en el mejor momento y contexto.

Comunicar es un acto de responsabilidad. No se trata de decir a “bocajarro” aquello que es verdad, sin tener en cuenta la situación del otro, el contexto o el momento.

¿Te imaginas una sociedad donde comunicáramos la verdad todo el tiempo sin aplicar ningún tipo de filtro?

Algo parecido vemos diariamente en las redes sociales, y ya conocemos las drásticas consecuencias que han tenido en chicos y chicas adolescentes, por ejemplo, llegando incluso a una medida irreparable, por ejemplo suicido

“Yo al menos digo las cosas a la cara”.

¿Cuántas veces has escuchado esta frase? No se trata de mentir, se trata de buscar el mejor momento, forma y lugar para aportar esa información. A veces puede ser que no lo encontremos nunca, o que incluso que no sea necesario comunicarlo.

Recuerda que la sinceridad se puede convertir en una acción destructiva. Nuestras relaciones sociales no van a resistir mucho si optamos continuamente por decir la verdad, sin un análisis previo de sus consecuencias.

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Julieta Domenicone Psicólogos en Granada

Julieta Domenicone
Psicólogos en Granada

¿Qué puede haber detrás del sincericidio?

Un deseo de castigar al otro, o incluso a nosotros mismos, que puede acabar con relaciones muy importantes en nuestra vida. A veces incluso nos podemos llegar a arrepentir de esa forma descarnada de decir la verdad, o de haber intensificado esta verdad. El “Sincericida” suele ser una persona que cree que está siendo tratado injustamente, siente que no se le valora lo suficiente o que está siendo sometido. Por tanto, usa la verdad como un arma legítima. A todos nos ha pasado alguna vez. Seguro que te acuerdas de aquella vez que le soltaste a tu amigo o amiga una información que le hacía daño, como castigo, como desahogo o llamada de atención, sin aplicar ningún tipo de filtro. ¿Qué ocurrió después? ¿Sirvió parar algo?

Características de un sincericida:

  • Se sienten poco valorados o tratados injustamente. –A nivel general o en una situación concreto-.
  • Para ellos, “ser sinceros” es “ser buenos”.
  • Piensan que “decir las cosas tal como son” es una muestra de coherencia –pero puede esconder una intención destructiva-.
  • Incapacidad para ponerse en el lugar del otro.

 ¿Cómo evitar el sincericido?

El respeto, la prudencia y el análisis previo son las principales claves para evitar el sincericidio:

  • Si la información no aporta nada, y lo que va a generar es daño, mejor no la compartas.
  • Asegúrate que la persona está preparada para recibir la información y tiene herramientas para gestionarla.
  • Busca el momento adecuado. Evita discusiones o espectadores externos.
  • Intenta ponerte en el lugar del otro y analizar cómo puede afectarle esa información.
  • Analiza la intención que te lleva a compartir esa información. ¿Qué buscas?
  • Responsabilidad y prudencia, encuentra las palabras adecuada.
  • No intensifiques la información a tu favor. No “maquilles la verdad”.

Posibles consecuencias del sincericidio.

  • Influir en la comunicación con el otro, impidiendo la fluidez.
  • Alterar la convivencia con los demás.
  • Crear conflictos con personas importantes en tu vida. Puedes llegar a perderlos.
  • Dañar la autoestima de la otra persona, con importantes consecuencias a veces irreparables.
  • Llevar la comunicación a un proceso de destrucción y no de construcción.
  • Pérdida de autoridad en el discurso. Los interlocutores se cansan de este modelo de comunicación y dejan de escuchar.
  • El sincericida se comunica desde un punto de vista léxico y sin involocración emocional, mientras que el receptor está emocionalmente expuesto. Estas palabras pueden ser devastadoras.
  • El sincericidio llevado a su extremo puede desembocar en una forma de maltrato psicológico. (para más información sobre el maltrato psicológico, pincha en la imagen)
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Maltrato Psicológico
Julieta Domenicone

 

Las palabras pueden provocar heridas difíciles de sanar. La responsabilidad, el respecto y el afecto muchas veces van delante de la honestidad, sobre todo si la información no va a aportar nada al otro y se está utilizando como arma.

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Julieta Domenicone-Psicóloga_Granada

Mi nombre es Julieta Domenicone, soy psicóloga en granada y paso consulta tanto de manera presencial, como Online.

A lo largo de mi carrera, he acompañado a muchas personas y los vínculos afectivos ocupan, invariablemente, un lugar fundamental en nuestra vida. Cultivar, cuidar y acompañar a las personas que queremos es una tarea que exige constancia, consciencia y presencia.

Julieta Domenicone Psicóloga en Granada

Julieta Domenicone
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