Prioridades

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Julieta Domenicone, Psicóloga en Granada

Prioridades

¿Por dónde empiezo? Claves para aprender a priorizar

Vivimos en la sociedad de los estímulos constantes, del “no tengo tiempo” o “no llego a nada…”. Muchas veces nos dejamos llevar por este ritmo frenético del día a día, apagando fuegos y resolviendo lo más urgente y olvidándonos de lo más importante. De este modo, puede llegar un día en que te preguntes cómo has llegado a ese lugar, a esa vida, a ese trabajo o a esa situación concreta. ¿Te ha pasado? ¿Estás justo en ese punto? Pues es el momento de hablar de prioridades.

Aprender a priorizar es fundamental para organizarnos y disfrutar de nuestro día a día sin perdernos en listados de tareas pendientes, sin sentir esa culpabilidad constante por no llegar a todo. Eso sí, hay que tener en cuenta que priorizar no es solo una cuestión de gestionar bien nuestro tiempo, sino que va mucho más allá. En este post os dejo algunas claves para aprender a priorizar.

¿En qué consiste priorizar?

Priorizar es mucho más que organizar tu tiempo. Se trata de identificar qué es lo más importante para ti, tomando como referencia tus valores y tus objetivos. No podemos llegar a todo, ni contentar a todo el mundo, ni ejecutar todos los proyectos que me gustaría o me saltan a la mente.

Priorizar es, por tanto, saber diferenciar lo urgente de lo importante, es clarificar nuestros objetivos y valores e intentar desarrollar habilidades para no desviarnos de nuestro camino y dejarnos llevar por lo que nos marca el día a día. Priorizar también es identificar aquello que es mejor postergar o incluso dejar ir y tener la responsabilidad de hacernos cargos de nosotros mismos, sin caer en las excusas constantes, quejas y en el autoengaño.

Psicóloga_Granada-Julieta_Domenicone-Responsabilidad

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Claves para empezar a priorizar

No se trata de hacer listado, sino de desarrollar habilidades que nos ayuden a enfocar mejor nuestros objetivos y es algo que no se logra de un día para otro. Eso sí, solo hay que empezar a tomar consciencia y a poner en marcha algunas de estas prácticas.

Autonocimiento y autoaceptarse

Cuanto mejor nos conozcamos a nosotros mismos, más fácil será reconocer qué es lo más importante para nosotros, e identificar por tanto nuestras prioridades.

Aceptación de la realidad:

Aceptar nos hace más conscientes de nuestra realidad, gestionándola lo mejor posible, evitando riesgos y un desgaste de energía innecesario, el de las continuas quejas que no nos llevan a ningún lugar.

aceptación de la realidad

aceptación de la realidad

Desactiva el piloto automático y toma las riendas.

Quizás no tengas claras ni cuáles son tus prioridades entre todas las “Tareas” y “Debo que” que pululan por tu cabeza. Párate e intenta ponerlas en orden. A veces la sociedad es la que te impone esas “prioridades” o te hace creer que son tus prioridades. Un ejemplo: aunque “ganar más dinero” se considere una prioridad para la mayor parte del mundo, es posible que en tu caso sea dedicarle más tiempo a tu pareja o familia. No te dejes llevar por las prioridades de tu entorno, pueden no ser las tuyas.

Economiza tu energía y aprende a canalizarla hacia tus objetivos.

El objetivo de aprender a priorizar no significa organizarme para conseguir hacer más cosas, sino canalizar la energía para lo que es verdaderamente importante para mí.

Practica la organización del tu tiempo.

Aunque ya hemos dicho que priorizar no se trata sólo de gestionar bien el tiempo, sí que es una parte importante. Hay herramientas que nos permiten manejarlo de manera eficiente. Un consejo: identificar los ladrones del tiempo y luchar contra ellos (por ejemplo los móviles)

Cuidado con la Autoexigencia. 

En ocasiones la autoexigencia puede convertirse en un problema, en una cualidad destructiva que frena nuestro desarrollo. Tendemos a exigirnos objetivos muy por encima de lo que realmente el escenario nos permite conseguir.

El lenguaje importa, y mucho. 

Deja de decir “Tengo que” y cámbialo por “Quiero hacer esto…”. O, cómo nos aconseja la escritora Laura Vanderkam, intenta decir en lugar de “No tengo tiempo…”, “no es prioritario para mí” y analiza cómo te sientes.

Intenta analizar y contabilizar en qué gastas la mayor parte de tu tiempo.  

Haz una prueba esta semana, anota las horas que gasta a casa cosa al día y toma consciencia de ello. Aunque no lo creas, a lo que dedicas más tiempo es lo que estás priorizando y puede sorprendente.

Por último, te dejo algunas preguntas que te van ayudar a reflexionar sobre cuáles son tus prioridades. Cómo hemos visto a lo largo del post, a veces nos autoengañamos o nos dejamos llevar por las prioridades de otros o del entorno. Pero, a ti….

  • ¿Qué quieres realmente en esta vida?, ¿Qué es lo más importante.
  • ¿Qué es lo que te gusta?, ¿Qué te apasiona realmente?.
  • ¿Cómo te gustaría verte dentro de 5 años?.
  • ¿Qué te identifica?

Beneficios de aprender a priorizar

Veamos algunas características de las personas que saben priorizar y los beneficios que conllevan.

  • Las personas que saben priorizar según sus objetivos (no los de otros), tiene una mente más relajada, centrada en lo importante y, por tanto, son capaces de identificar nuevas oportunidades.
  • Suelen ser personas que saben utilizar sus emociones en beneficios propio, por ejemplo, para potenciar su motivación.
  • Tienden a ser valientes y con habilidades y recursos para emprender nuevos proyectos. La claridad de sus prioridades le aporta tranquilidad y seguridad para comenzar nuevos proyectos en consonancia con sus objetivos y necesidades.

Espero que este post te ayuda a identificar tus prioridades en la vida. Recuerda que quién duda, o no tiene bien identificadas sus prioridades en esta vida puede asumir como propias las prioridades de su entorno o la de los demás.